Lava el grano de trigo sarraceno en un colador grande.
Ponlo en un recipiente de cristal y cúbrelo con agua. Déjalo en remojo de 8 a 12 horas.
Pasado el tiempo en remojo, escurre bien el trigo y tritúralo con la batidora de brazo. Dependiendo de si lo has escurrido más o menos, quizá necesites añadir un poco de agua a la masa. No debe de quedar demasiado líquida. Puedes dejar algún grano sin triturar.
Pon la masa en el recipiente de cristal de nuevo y añade la sal y el psyllium poco a poco incorporándolo bien. Verás como va absorviendo la humedad y la masa va quedando más seca. La masa debe quedar densa y no demasiado húmeda.
Añade 3 cucharadas de la mezcla de semillas, las especias y mezcla bien.
Cubre la masa con papel film para evitar que se seque y cree una costra.
Cubre el recipiente con un paño.
Déjalo reposar en el lugar oscuro más cálido de tu cocina (al lado de la nevera por ejemplo) de 12 a 24 horas. Sabrás que está listo porque verás que ha crecido la masa por el proceso de fermentado. Además olerá un poco ácido.
Después del fermentado, precalienta el horno a 180º con calor arriba y abajo.
En una bandeja de horno cubierta con papel, pon la masa.
Hazle los cortes típicos para que deje salir el vapor y ponle semillas y la harina para que quede una costra tipo rústica.
Hornea durante 1 hora y 20 minutos.
Deja enfriar sobre una rejilla para evitar que se humedezca la base.